jueves, 7 de mayo de 2015

Virginia Woolf



Caramba, si una quiere comparar la vida con algo, debe asemejarla a que la lleve un viento por el túnel del metro a cincuenta millas por hora, ¡Para aterrizar en la otra punta sin una sola horquilla en el pelo! ¡Que la arrojen a los pies de Dios totalmente desnuda! ¡Para desplomarse de cabeza en los prados de asfódelos como paquetes de papel marrón lanzados tobogán abajo en la oficina de correos! Con el pelo volando hacia atrás como la cola de un caballo de carrera. Sí, eso parece expresar la rapidez de la vida, el perpetuo desperdicio y reparación ; todo tan fortuito, todo tan azaroso...

La marca en la pared
Virginia Woolf