miércoles, 16 de octubre de 2019

invisibles



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Hipótesis

          Los individuos que parecen realmente excepcionales dan la impresión de pertenecer a otra época ( ya sea una época del pasado o, sencillamente del futuro) Nadie extraordinario parecer ser cabalmente contemporáneo. Las personas que son contemporáneas no parecen ser absolutamente nada: son invisibles.

    La moralidad es la esencia del pasado, la moralidad gobierna el ámbito del futuro. Vacilamos. Recelosos irónicos desilusionados. Este presente se ha convertido en un puente muy difícil! Cuántos viajes debemos emprender para  no estar huecos ni ser invisibles.


Susan Sontag
Yo, Etcétera
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lunes, 24 de junio de 2019

El mar según Mann

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Oh, mar! Estamos lejos de ti mientras narramos, pero te dedicamos nuestros pensamientos y nuestro amor al evocarte y en voz alta para que estés presente en nuestra historia, como lo has estado siempre y como lo estarás siempre, en secreto. Desierto arrullado por el mar, bajo el gris pálido del cielo, lleno de áspera humedad, cuyo sabor a sal perdura en  nuestros labios. Caminamos sobre un suelo que se hunde ligeramente, salpicado de algas y pequeñas caracolas, los oídos ensordecidos por el viento, ese viento grandioso, generoso, suave que recorre el espacio libremente, sin trabas ni rodeos, y que aturde dulcemente nuestra mente; caminamos, caminamos y vemos las lenguas de espuma del mar que avanza y se retira de nuevo y nos moja los pies. El oleaje hierve, luminoso y brusco, las olas se atropellan entre murmullos al romper en la orilla, aquí y allá y en los bancos de arena de alta mar; y ese fragor del mar confuso y cadencioso y omnipresente cierra nuestros oídos a cualquier voz que venga de este mundo...Olvido consciente... Cerremos los ojos al abrigo de la eternidad.  El tiempo se ahoga en la monotonía infinita del espacio, el movimiento de un punto a otro ya no es movimiento...y donde no hay movimiento no hay tiempo.


La montaña mágica
Thomas Mann

jueves, 2 de mayo de 2019

Thomas Mann sobre el hastío y la monotonía

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Cuando un día es igual a los demás, es como si todos ellos no fueran más que un único día; y una monotonía total convertiría hasta la vida más larga en un soplo que, sin querer, se llevaría el viento. La costumbre hace que la conciencia del tiempo se adormezca o, mejor dicho que quede anulada, y si los años de la niñez son vividos lentamente y luego el resto de la vida se desarrolla cada vez más de prisa y se acelera, también se debe a la costumbre. Sabemos perfectamente que introducir cambios y nuevas costumbres es el único medio del que disponemos para mantenernos vivos, para refrescar nuestra percepción del tiempo, en definitiva , para rejuvenecer y ralentizar nuestra experiencia del tiempo y, con ello, renovar nuestra conciencia de la vida en general.


Thomas Mann
La montaña mágica

miércoles, 13 de marzo de 2019

DOSTOIEVSKI. Caminar . Noches Blancas

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...También las casas me son conocidas. Cuando voy por la calle parece que cada una de ellas me sale al encuentro, me mira con todas sus ventanas y casi me dice: «¡Hola! ¿Qué tal? Yo, gracias a Dios, voy bien, y en mayo me añaden un piso. » O bien: «¿ Cómo va esa salud? A mí mañana me ponen en reparaciones.» O bien: «Estuve a punto de arder y me llevé un buen susto.» Y así por el estilo. Entre ellas tengo mis preferidas, mis amigas íntimas. Una de ellas tiene la intención de ponerse en tratamiento este verano con un arquitecto. Iré de propósito a verla todos los días para que no la curen al buen tuntún. ¡Dios la proteja! Nunca olvidaré lo que me pasó con una casita preciosa pintada de rosa claro. Era una casita adorable, de piedra, y me miraba de un modo tan afable y observaba con tanto orgullo a sus desgarbadas vecinas que mi corazón se henchía de gozo cuando pasaba ante ella. Pero de repente, la semana pasada, cuando bajaba por la calle y eché una mirada a mi amiga, oí un grito de dolor: «¡Me van a pintar de amarillo!» ¡Malvados, bárbaros! No han perdonado nada, ni siquiera las columnas o las cornisas; y mi amiga se ha puesto amarilla como un canario. A mí casi me dio un ataque de ictericia con ese motivo. Y ésta es la hora en que no he tenido fuerzas para ir a ver a mi pobre amiga desecrada, teñida del color nacional del Imperio Celeste. Así, pues, lector, ya ves de qué manera conozco todo Petersburgo. 

FIODOR DOSTOIEVSKI
NOCHES BLANCAS

lunes, 11 de marzo de 2019

Thomas Mann, viajar

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Dos jornadas de viaje alejan al hombre - y con mucha más razón al joven cuyas débiles raíces no han profundizado aún en la existencia - de su universo cotidiano, de todo lo que él consideraba sus deberes, intereses, preocupaciones y esperanzas; le alejan infinitamente más de lo que pudo imaginar en el coche que le conducía a la estación. El espacio que, girando y huyendo, se interpone entre él y su punto de procedencia, desarrolla fuerzas que se cree reservadas al tiempo. Hora tras hora, el espacio crea transformaciones interiores muy semejantes a las que provoca el tiempo, pero que, de alguna manera superan a éstas.

Fragmento de La Montaña Mágica
Thomas Mann

miércoles, 27 de febrero de 2019

El paseo repentino. Franz Kafka


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El paseo repentino
Franz Kafka

Cuando por la noche uno parece haberse decidido terminantemente a quedarse en casa; se ha puesto una bata; después de la cena se ha sentado a la mesa iluminada, dispuesto a hacer aquel trabajo o a jugar aquel juego luego de terminado el cual habitualmente uno se va a dormir; cuando afuera el tiempo es tan malo que lo más natural es quedarse en casa; cuando uno ya ha pasado tan largo rato sentado tranquilo a la mesa que irse provocaría el asombro de todos; cuando ya la escalera está oscura y la puerta de calle trancada; y cuando entonces uno, a pesar de todo esto, presa de una repentina desazón, se cambia la bata; aparece en seguida vestido de calle; explica que tiene que salir, y además lo hace después de despedirse rápidamente; cuando uno cree haber dado a entender mayor o menor disgusto de acuerdo con la celeridad con que ha cerrado la casa dando un portazo; cuando en la calle uno se reencuentra, dueño de miembros que responden con una especial movilidad a esta libertad ya inesperada que uno les ha conseguido; cuando mediante esta sola decisión uno siente concentrada en sí toda la capacidad determinativa; cuando uno, otorgando al hecho una mayor importancia que la habitual, se da cuenta de que tiene más fuerza para provocar y soportar el más rápido cambio que necesidad de hacerlo, y cuando uno va así corriendo por las largas calles, entonces uno, por esa noche, se ha separado completamente de su familia, que se va escurriendo hacia la insustancialidad, mientras uno, completamente denso, negro de tan preciso, golpeándose los muslos por detrás, se yergue en su verdadera estatura.
Todo esto se intensifica aún más si a estas altas horas de la noche uno se dirige a casa de un amigo para saber cómo le va.